Hace mucho tiempo, exactamente en el año 1911, en la ciudad de Torreón, ocurrió un hecho muy violento y lamentable, que a mí, en particular me avergüenza, se trata de la matanza de 303 chinos, que llegaron a nuestro país en busca de tranquilidad y la ilusión de echar raíces. Cuentan que la mayoría eran campesinos, comerciantes, y dueños de lavanderías, algunos historiadores dicen que en la madrugada del 15 de mayo, llegaron tropas de las fuerzas aliadas de Francisco I Madero, quien inició el movimiento revolucionario. Los soldados; según cuentan disparaban desde los comercios y casas de los chinos, entonces los saqueos se convirtieron en violencia contra los asiáticos, entre las víctimas, habían adolescentes y niños al igual que mujeres, otra historia cuenta que a los coahuilenses no les agradaban los chinos, y otros más dicen que fue un error, porque los soldados porfiristas  les dieron armas para defenderse del grupo contrario y estos en el clamor de la noche los creyeron enemigos.
Tal vez nunca se sepa a ciencia cierta que sucedió, pero lo que es verdad, es que actualmente, los chinos conviven con nosotros por todo el territorio mexicano, y lamentablemente, siguen siendo agredidos, o tratados despectivamente, nuestra sociedad no ha podido adquirir aún el valor del respeto, y continúa derrochando odio hacia otras razas principalmente hacia las asiáticas, lo más vergonzoso para nosotros es que para la cultura china ese hecho no ha sido motivo de rencor, y siguen llegando con el anhelo de formar familias y crear un vínculo comercial, que si bien tal vez los favorezca a ellos mayormente, no deja de ser la única forma de sobrevivir laboralmente para muchos mexicanos, así como recordamos hechos con los que nos hemos sentido ofendidos y agredidos, recordemos y hagamos saber a las siguientes generaciones de esa matanza, para recapacitar y no seguir cometiendo los mismos errores.