Humanidad decorativa

Por: Anna Sánchez

“Angélica Rivera: la primera dama en la intimidad”.

“Michelle Obama: maternidad, salud, vida y la única cosa a la que no puede renunciar”.

“El secreto de la sonrisa de Doña Letizia”.

Machismo.

Feminismo.

(Del lat. femĭna, mujer, hembra, e -ismo).

1. m. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.

2. m. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.

Sexismo.

1. m. Atención preponderante al sexo en cualquier aspecto de la vida.

2. m. Discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro.

(Datos de la RAE)

Durante años grupos de mujeres en todo el mundo lucharon por tener el derecho al voto, sin embargo, no fue sino hasta 1776 que se aprobó el voto femenino por primera vez en Nueva Jersey (E.U.). En 1948 La ONU (Organización de las Naciones Unidas) aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la cual se hacía prácticamente mundial el derecho a votar de las mujeres.

Más de 50 años después, vemos artículos, suplementos y revistas especializadas para las féminas en donde lo más relevante en cuanto a la política es cómo se vistió la Primera Dama de tal o cuál país, qué error cometió y quién sabe cargar el bolso y quién no.

Nos indignamos por un país machista, sin embargo ¿han notado quiénes escriben esta clase de suplementos? ¡NO SON HOMBRES!, en su mayoría ¡SON MUJERES!, mujeres que probablemente entraron con el ideal de cambiar el mundo,  la presencia de la mujer como periodista, y al final decidieron que les gusta más hablar de otros temas o que simplemente tuvieron que ceder porque si no las corrían.

Somos mujeres, nos encanta pintarnos las uñas y comprar zapatos, pero también usar pants y jugar videojuegos y no está mal. ¿Cuántas veces hemos caído en el juego de “sexualizar” acciones?, si un hombre se queja lo llamamos nena y cuando una mujer juega fútbol es niño, tachamos a las personas por que no encajan con el estándar social que nos enseñaron desde niños.

El feminismo ha cambiado, ya no es la lucha por la igualdad, se ha deformado convirtiéndose en “el machismo inverso” las mujeres auto-proclamadas feministas (la mayoría) ahora luchan por demostrar que son mejores que los hombres, han olvidado la idea de igualdad.

Sí, vivimos en un país, mejor dicho un mundo machista, en nuestra época aún se obliga a las mujeres a taparse la cara, son vendidas  y  explotadas y lo aceptamos porque son costumbres, sin embargo, no nos damos cuenta que en nuestro gran o pequeño paso por la vida también estamos creando las futuras costumbres que permanecerán por años después de nuestra muerte.

Idolatramos a mujeres como Emma Watson que defienden los derechos de la mujer, hombres como Mark Ruffalo que hablan sobre  el feminismo, pero por otro lado consumimos cosas que ofrecen a la mujer como objeto, como un bonito mueble que decorar y presumir.

En el transcurso de los años hemos visto cambios en las publicaciones en donde los hombres también se han convertido en un “medio” para vender, sin embargo, no notamos  o no le damos importancia a estos hechos por que nos acostumbramos a que un cuerpo bonito y torneado es solo un atractivo visual sin importar cuál sea su IQ.

Nos asombramos cuando vemos que un actor o cantante terminó la universidad y que decir si tiene maestría o doctorado, porque más que ser una sociedad machista o feminista o sexista hemos desvalorizado al ser humano y lo hemos convertido en una decoración más, olvidándonos de que nosotros también somos humanos y que probablemente en algún momento lleguemos a ser la decoración de alguien más.

El punto de ser humano es simplemente ese, no eres mujer u hombre, ¡ERES  HUMANO!, hay que buscar la equidad, no crear una lucha constante sobre qué sexo es más fuerte o cuál mejor o quién debería de mandar a quién. Se nos olvida que somos dueños de nuestra propia vida y que nadie debe de imponernos nada sin importar nuestro sexo, que la seguridad nos la damos nosotros. Nosotros permitimos que la sociedad avance o se estanque en luchas absurdas que no nos llevan a ningún lado y nos separan cada vez más, debemos avanzar como sociedad no como género.