Transporte en el Estado de México y DF:El más caro e incómodo

Vivir (sobrevivir)en una ciudad tan grande como ésta (DF y Estado de México) es un caos. Si bien es cierto que, podemos acceder  a miles de eventos culturales, muchos de ellos sin costo alguno, también es cierto que el desgaste para acceder a ellos es inmenso, incluso para transportarnos al trabajo es un verdadero despelote.
Mi rutina es la siguiente abordo una combi (vehículo para 13 personas  sentadas y ninguna parada porque te darías en la cabezota) que va más llena que el propio metro; en asientos donde deberían ir tres personas cómodamente meten 4 y en las de 4 van 5 y así sucesivamente pero además de eso hoy venían tres personas pie, bueno si a eso se le puede llamar paradas o más bien haciendo méritos para conseguir una gran joroba.
 Y es tanta la afluencia de gente en nuestra ciudad que en un recorrido que comúnmente se realizaría en 20 minutos me hice poco más de una hora gracias al espeluznante tránsito y lo peor es que todos quieren llegar primero, por ende, todos los autos se empiezan  a travesar y así  ya no hay manera de pasar y, por si fuera poco los pasajeros nos tenemos que aguantar la contaminación auditiva con cantos que van desde una mentada de madre hasta la cucaracha.
Y por fin llegué al metro después claro de haber pagado mis respectivos 10 pesos, llegar sin nalgas y sudando hasta las chanclas porque nadie abre las ventanas y vamos respirando el vaho del de al lado que no tuvo la gentileza de lavarse los dientes por la mañana. 
Ahora es el turno de sacar mi tarjeta y recargar, para mi fortuna sólo hay una pequeña fila como de cincuenta personas, pero eso sí qué tal dijeron que gracias al aumento que nos hicieron de casi el 100% en el costo del boleto (ahora tarjeta perdible) el servicio sería más rápido, más cómodo y más bla bla bla...bueno nada de eso se cumplió ni se cumplirá.
Una vez hecha mi recarga como pude empecé a esquivar a la gente par llegar al vagón. obviamente me fui al área de "sólo mujeres", la cual es una ridiculez ya que, el metro no tiene puertas por dentro y poco a poco está área se vuelve mixta. Por alguna razón que desconozco no pasaban metros, esperé al rededor de 5 minutos, tal vez no parece mucho pero si lo cotejamos con la gente que iba llegando esto es una eternidad.
Evidentemente me tocó irme de pie y en tacones  pero ese no fue el mayor de mis problemas, lo que sí me afecto seriamente fue querer salir de ahí, parecía una cámara de gas, no puedo narrar ese olor, ese calor, esa asfixia... entre empujones logré verme frente a frente con la puerta de salida pensé que lo había logrado: qué gran mentira. Así como intente salir así me regresaron, pude bajar dos estaciones después de la mía. Ya se imaginaran como me tocó correr para pasarme del otro lado, volver a subir al metro e intentar volver a bajar. Finalmente lo conseguí.
Aún me faltaba un microbús (vehículo que tiene complejo de discoteca barata) y a dar otros 5 pesitos para ir sentada como bolita en el asiento donde va la llanta y rebote que rebote pero eso sí con la guaracha sabrosona a todo lo que da.
Veinticinco minutos después logré llegar a mi trabajo más cansada de lo me podría cansar en 9 horas de jornada laboral, 2 horas en transporte público son suficientes para sentirse como de 60 y más.
Y todavía me faltaba el regreso a casa.

Unknown

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